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Zubair Ibn Al-'Awwam

Zubair Ibn Al-'Awwam

Dijo el Profeta, al que Alá le dé Su gracia y paz, el día de los Coligados: ¿Quién me trae noticias de la gente (del enemigo)? Dijo: Az-Zubair: Yo. Y luego dijo: ¿Quién me trae noticias de la gente? Dijo az-Zubair: Yo. Y dijo el Profeta, al que Alá le dé Su gracia y paz: “Cada profeta tiene un discípulo y mi discípulo es az-Zubair.” Transmitido por Bujari.

Era el hijo de Al Awam y el padre de Abdullah. Zubair es una de las personalidades más respetables y famosas del Islam, el Profeta (la paz sea con él) lo había condecorado con el título de “Hawari-y-Rasul "o “el discípulo del Mensajero de Alá”, Él fue uno de los diez compañeros que el Profeta (la paz sea con él) había albriciado su entrada en el Paraíso. Uno de los seis elegidos en la Shura después de la muerte de 'Umar ibn al Jatab.  

Su eminencia puede juzgarse por el hecho de que Omar al-Faruq (que Alá esté complacido con él) lo llamaría en forma honorable como “uno de los pilares de la fe ". 

Zubair tenía parentesco con el Profeta (paz sea con él) de la siguiente manera:

1. Él era el hijo de Safiyah (que Alá esté complacido con ella), la hija de Abdul Muttalib y la tía del Profeta. Así fue el primo del Profeta (la paz sea con él). 

2. Jadijatul Kubra (que Alá esté complacido con ella), la madre de los creyentes era la tía de Zubair, y de acuerdo con esto, el Profeta era su tío.

3. Asma, la hija de Abu Bakr Siddiq (que Alá esté complacido con él) y la hermana mayor de Aisha Siddiqah (que Alá esté complacido con él), la madre de los fieles, se casó con Zubair y por lo tanto era como un hermano del Profeta (la paz sea con él).

4. Qusai, el hijo de Kalab, fue el antepasado común de ambos el Profeta y Zubair, y de esta manera también Zubair tenía relación ancestral con el Profeta (que paz sea con él).

Su padre murió cuando Awam Al Zubair era todavía un niño, por lo que quedó bajo la tutela de su tío Naufil hijo de Juwailid, Safiyah Su madre, una mujer audaz y valiente como era, quería criar a su hijo Zubair también como un hombre audaz y valiente. Así que lo obligaría a trabajar duro, ser resistente y robusto. Inclusive se narra de Zubair bin Bakar en el libro “An-Nasab”que hasta le pegaba para que fuera duro entre los demás. 

Fue este tipo de formación de su madre a Zubair (que Alá esté complacido con él) que hizó que se convirtiera en uno de los hombres más valientes de su edad. Siempre estaba dispuesto a afrontar cualquier peligro y soportar cualquier dolor y problemas en los primeros días del Islam, un día un rumor se esparció en La Meca, que el Profeta Muhammad (la paz sea con él), fue hecho prisionero por los idólatras de Quraish, Alguien incluso había afirmado que el Profeta había sido martirizado, Zubair, que había llegado a casa a descansar por un tiempo, también escuchó este rumor, era sólo un chico de dieciséis años, pero al oír el rumor de que estaba tan exaltado que salió de su casa con una espada en la mano. Él, sin embargo, no tomó ninguna medida contra los idólatras, consideró necesario saber acerca de los rumores que se escuchaban, se fue directo a la casa del Profeta con la cara roja y la espada desnuda en su mano.

Al ver que el Profeta estaba sano y salvo se tranquilizó y se declaró: "Esta es la espada desenvainada por primera vez por la causa de Alá y Su Profeta".

Así era lo narrado por 'Urwa y Saib Ibn Al Musaib, (que Alá tenga misericordia de ellos): “Él acudió a todas las batallas con el Mensajero de Alá (que la paz y la misericordia de Alá sean con él”)

Una vez fue preguntado por todas las marcas de heridas que tenía en su cuerpo, y dijo: “Cada una de ellas han sido porque he acompañado al Profeta Muhammad (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) en sus batallas y buscando el camino de Alá.”

Zubair pertenecía a una familia que fue bendecida con la luz del Islam, sólo en el comienzo, su tía Jadiya fue la primera dama del Islam, su madre Safiyah también aceptó el Islam en el principio. Así que fue muy natural para Zubair que él también se convirtiera en un verdadero seguidor del Islam entre las edades de doce y los dieciséis años, y es por eso que logró un lugar destacado entre los primeros compañeros del Profeta (paz sea con él).

Como hemos visto anteriormente, su tío Naufil era muy amable y cariñoso con él, pero esto fue sólo hasta el momento en que Zubair fue más allá de la fe del Islam. Tan pronto como Zubair aceptó la Unicidad de Dios y de la Profecía de Muhammad (la paz sea con él) su tío Naufil se convirtió en su peor enemigo. Ahora, ese mismo Naufil que se había agitado por ver a Zubair ser golpeado por su madre, él mismo comenzó a tratarlo peor que a un enemigo. Los historiadores dicen que la enemistad y hostilidad de Naufil contra Zubair no conocía límites.

Un día prendió fuego a su alrededor. En esta condición cuando él se ahogaba de humo, su cruel tío le preguntaba: "¿Está listo para volver a tu religión ancestral, o no?" "No, nunca-dijo el muchacho Zubair quien respondía con firmeza: "Es imposible para mí ahora renunciar a la religión de Alá. Tengo que morir como un musulmán, y no como un infiel".

Cuando la crueldad de su tío excedido todos los límites, Zubair (que Alá esté complacido con él) emigró de La Meca para Habasha (ahora Etiopía), con el permiso del Profeta (que la paz sea con él) Pero no se quedó allí por mucho tiempo.

Él fue uno de los compañeros del Profeta que tomaron parte en el primer pacto de  Aqaba.

También emigró a Medina y tuvo al primer hijo musulmán nacido en Medina (Abdullah bin Zubair).

Pocas narraciones de Hadiz

Era muy apegado al Profeta (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) pero narró muy pocos hadices, relató 'Abdullah bin Zubair de su padre que dijo: “Le pregunté a Zubair (que Alá este complacido de él) ¿Qué es lo que pasa, que no te escuchó hablar sobre el Mensajero de Alá (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) como escuchó a Ibn Mas'ud y a fulano y a mengano? Respondió: “En verdad que no me aparte de él desde que entré al Islam, pero escuché de él unas palabras: 'Quien mienta sobre mí a propósito tendrá preparado un lugar en el Infierno.” 

Su martirio 

El nombre de Zubair también está conectado con la primera fitnah de la guerra civil entre los musulmanes después de la muerte del Profeta (que la paz y la misericordia de Alá sean con él). Las semillas de los problemas fueron sembradas durante el califato de Uthman ibn Affan (que Alá esté complacido de él). Hubo muchas quejas y acusaciones contra Uthman. Algunos los corruptores no se contentaban con acusaciones solo, estaban decididos a acabar con él. En el año 35 AH (656 DC) un grupo de insurgentes atacaron la casa de Uthman y lo asesinaron mientras leía el Corán. Fue uno de los eventos más impactantes en la historia temprana del Islam.

Alí (que Alá esté complacido de él) fue persuadido a aceptar la responsabilidad del Califato y todos los musulmanes le juraron lealtad, incluyendo Talha y Zubair bin al-Awwam. Talha y Zubair estaban profundamente consternados por el asesinato de Uthman. Estaban horrorizados y creían firmemente que los asesinos debían ser castigados y que se tenía que hacer justicia. Pero el castigo de los asesinos no fue una tarea fácil en la medida en que el delito no fue el acto de sólo algunos individuos, sino que participaron un gran número de personas.

Talha y Zubair le pidieron permiso a Alí para ir a la Meca a realizar la Umrah. Se reunieron con Aisha, la esposa del Profeta (que Alá esté complacido de ella). Ella quedó muy impresionada cuando se enteró del asesinato de Uthman. Desde la Meca, Talha, Zubayr y Aisha se dirigieron a Basora, donde un gran nْmero de gente se reunía buscando venganza por la muerte de Uthman.

Las fuerzas reunidas en Basora parecían presentar un desafío abierto a Alí. Como el califa de los musulmanes y la cabeza de todo el Estado musulmán, no podía tolerar ningún tipo de insurrección o rebelión armada contra el Estado. Fue una tarea muy difícil e impresionante la que enfrentó! Para hacer frente a la rebelión, tuvo que enfrentarse a sus hermanos, sus compañeros y sus amigos, seguidores del Profeta y su religión, los que a menudo lucharon codo con codo con él contra las fuerzas del politeísmo, aquellos a los que amaba y respetaba.

Las fuerzas que abogaban por la venganza de Uthman y los que apoyan Alí se reunieron en un lugar llamado Kuraybah, cerca de Basora. Alí deseaba evitar la guerra y resolver los problemas por medios pacíficos. Utilizó todos los medios a su alcance para lograr la paz. Se aferró con toda su esperanza a evitar la confrontación. Pero las fuerzas oscuras trabajaron contra el Islam, y lo numerosas que eran, determinaron que los asuntos debían llegar a un final terrible y sangriento.

Alí lloró amargamente cuando vio a Aisha, la "Madre de los Creyentes", en su hawdaj (palanquín) a lomos de un camello a la cabeza del ejército que se acercaba para confrontarlo. Y cuando vio a Talha y Zubair, dos compañeros cercanos al Profeta, en medio del ejército, les gritó llamándolos. Así se acercaron y Alí le dijo Talha, "Oh, Talha, ¿has venido con la esposa del Mensajero de Alá para luchar junto con ella…?" Y a Zubayr le dijo, "O Zubayr, te lo suplico, por Alá, ¿te acuerdas del día cuando el Profeta (que la paz y la misericordia de Alá sean con él) pasó junto a ti y nos encontramos en tal y tal lugar y te preguntó "؟Quieres a Alí?” y tú dijiste "؟Por qué no querría a mi primo y a alguien que sigue mi religión..?"

Alí siguió hablando con ellos y les recordَó los lazos de hermandad y de la fe. Al final, tanto Talha como Zubair se retiraron y no participaron de esta guerra civil. Se retiraron de inmediato al ver la situación desde un ángulo diferente. Pero pagaron la retirada con sus vidas.

Cuando se retiraron, un hombre llamado Amr ibn Jarmouz siguió a Zubayr y lo asesinó cobardemente mientras realizaba el Salah. Talha fue asesinado por una flecha que fue presuntamente disparada por Marwan - un primo de Uthman, que estaba demasiado cegado por la ira y el deseo de vengarse de su pariente para pensar en la posibilidad de evitar la guerra y el derramamiento de sangre entre los musulmanes.

El asesinato de Uthman había convertido esta cita el destino de Talha. No participó en los enfrentamientos y asesinatos que siguieron, que llegaron a ser conocidos en la historia como la Batalla del Camello. De hecho, si hubiera sabido que la fitnah habría degenerado en tan loca amargura y odio, y daría lugar a un resultado tan sangriento, se habría resistido a ello. Él no estaba dispuesto a confrontar a Alí. Simplemente estaba consternado por el asesinato de Uthman y quería que se hiciera justicia. Antes del inicio de la batalla había dicho en una voz ahogada por la emoción: "Oh Señor, por el bien de Uthman, tómame el día de hoy hasta que Te complazcas". Luego, cuando Alí discutió con él y Zubair, y vieron que su posición era la correcta, se retiraron del campo de batalla. Sin embargo, en estas difíciles circunstancias, el martirio fue reservado para ellos.

La Batalla del Camello llegó a su fin. Aisha (que Alá esté complacido de ella), la Madre de los Creyentes, sedio cuenta que había precipitado las cosas y dejó de Basora, hacia la Mezquita Sagrada, y a continuación, a Medina, para distanciarse de los conflictos. Alí le proporcionó en sus viajes todo el bien, confort y honor que le correspondía.

Cuando los numerosos muertos de la batalla fueron juntados, Alí líderó la oración fúnebre por todos ellos, los que lo apoyaron y los que lucharon contra él. Cuando terminó de enterrar a Talha y Zubair se despidió de ellos con un corazón fuerte, un corazón lleno de ternura y amor. "Espero –dijo en palabras simples y sublimes- que Talha, Az-Zubair, Uthman y estemos entre aquellos de los que Alá ha dicho: “Y purificaremos sus corazones de todo rencor. Serán todos como hermanos, y se sentaron unos enfrente de otros.” Corán, Al-Hijr: 47.

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